A la juventud (Vita Consecrata N° 106)
A ustedes, jóvenes, les digo: si sienten la llamada del Señor, no la rechacen. Más bien, intégrense con valentía en las grandes corrientes de santidad, que ilustres santos y santas han puesto en marcha en el seguimiento de Cristo. Cultiven los anhelos propios de su edad, pero adhieren con prontitud al plan de Dios sobre ustedes, si Él les invita a buscar la santidad en la vida consagrada. Admiren todas las obras de Dios en el mundo, pero sepan fijar su mirada en las realidades destinadas a no desvanecerse jamás.
El tercer milenio espera el aporte de la fe y de la inventiva de legiones de jóvenes consagrados y consagradas, para que el mundo se haga más sereno y capaz de acoger a Dios y, en Él, a todos sus hijos e hijas.