Fundador de las Hermanas de San Juan Bautista, nació el 23 de marzo de 1839 en Angri (SA), en la diócesis de Nocera Inferiore, Sarno. Ordenado sacerdote en 1863, se dedicó a la educación y cuidado de los niños que abundaban por las calles, a las confesiones, a la predicación, a la animación catequética de la juventud y a las misiones rurales. Hizo todo lo posible, con heroísmo, para ayudar a los afectados por el cólera de 1866, en Campania. Se preocupaba especialmente por la educación y la evangelización de los jóvenes especialmente pobres y abandonados. En 1878, con la colaboración de Maddalena Caputo y otras tres jóvenes, fundó la Congregación de las Hermanas de San Juan Bautista. En Angri, el 6 de febrero de 1910, don Alfonso concluía su existencia terrena repitiendo: "Nada se me debe a mí, todo se debe a Dios, soy un simple y vil instrumento en sus manos".
El joven
San Alfonso vivió y trabajó incansablemente por los pobres y los huérfanos. Se había convertido en padre de los niños pobres. Los acogió en su propia casa para instruirlos, los puso en el trabajo, los acompañó en largos paseos, los llevó a la iglesia los días festivos para la Santa Misa y el catecismo. La gente se preguntaba, "¿Por qué pasar tanto tiempo sin retribución"?
San Alfonso tenía en su corazón el bien de cada persona y la promoción de su dignidad. A menudo repetía: "Quisiera que hasta mi sombra pudiera hacer el bien"; tenía un solo fin: "La gloria de Dios y el bien de las almas", para una sociedad mejor.
La pobreza como estilo de caridad
San Alfonso María Fusco lo dio todo: su gracia, su comodidad, el dinero cuando lo tuvo y hasta su ropa. Una vez, habiéndose instalado el frío, la Hermana encargada de su modesto guardarropa buscó en vano algunos chalecos de lana. Cuando se le preguntó al respecto, respondió: “Ah, sí, los habías puesto aquí, lo recuerdo bien; pero ya no están…”. En otra ocasión se encontró con un mendigo sin camisa y, al entrar por un portal, se quitó la suya y se la dio al pobre. Repitió el mismo gesto, regalando sus pantalones. Al llegar a su casa, a quienes le reclamaban por su exagerada generosidad, les respondió: "¡Yo doy uno, me dan cien!". San Alfonso nunca dudó de la Divina Providencia; su única fuerza era la confianza y el abandono absoluto en Dios, amaba repetir: "Jesús nos lleva escritos en sus manos y nunca podrá olvidarnos".
La Eucaristía
San Alfonso compartió con sus Hijas espirituales los tesoros de gracia que acumulaba en la contemplación de la Eucaristía. Nunca tomó ninguna iniciativa o decisión antes de pasar horas y horas en adoración ante Jesús Sacramentado. El proyecto del Instituto Bautistino sin duda ha madurado frente al Santísimo Sacramento.
El amor a María
El amor a María, bajo el título de Inmaculada y Dolorosa, sostuvo su vida sacerdotal y los puntos salientes de su misión apostólica: “A María recurrimos porque es nuestra Mediadora, nuestra Abogada; ella es nuestra verdadera Madre”.
Las Hermanas de San Juan Bautista
En 1902, el Instituto Bautistino , en vida del Fundador, llegó también a América en la estela de los emigrantes, cuyos hijos necesitaban asistencia y enseñanza.
Hoy las Hermanas de la Congregación de San Juan Bautista están repartidas por Italia, Estados Unidos de América, Brasil, Chile, Zambia, Canadá, India, Filipinas, Corea, Polonia, Argentina, México, Sudáfrica, Malawi, Madagascar, Moldavia, Haití y Vietnam.
Perfil biográfico
ALFONSO MARÍA FUSCO nació el 23 de marzo de 1839 en Angri-Salerno, en la diócesis de Nocera de Pagani, en el seno de una familia profundamente religiosa.
Ordenado sacerdote el 29 de mayo de 1863, se dedicó a la educación y cuidado de los niños que abundan por las calles de Angri; les da una seria formación religiosa, cultural y profesional. Ella entiende la importancia de la educación también para las mujeres, en una sociedad donde no se reconoce su dignidad. Se dedica al apostolado de las confesiones, a la predicación ya la animación catequística y litúrgica de los jóvenes, así como a las misiones rurales.
El 26 de septiembre de 1878 fundó la Congregación de las Hermanas de San Juan Bautista para la evangelización, educación y promoción de los niños y jóvenes mayoritariamente pobres, necesitados y en situación de riesgo.
Murió en Angri el 6 de febrero de 1910; es santo desde el 16 de octubre de 2016.
Dichos de San Alfonso María Fusco:
- Quisiera que hasta mi sombra pudiera hacer el bien.
- ¡Dejemos hacer al Señor!
- ¡Confía en Dios, el que viste los lirios del campo y alimenta las aves del cielo no puede abandonar a sus criaturas!
- Acepto, Señor, todo lo que me envías, y si se necesita otra prueba, aquí estoy listo
San Alfonso María Fusco
- Haz que solo Dios lo sepa el bien que haces.
- Debo trabajar para la gloria de Dios: quiero reunir a muchos niños y niñas abandonados bajo las alas de la protección divina.
San Alfonso María Fusco
- Cuando amas verdaderamente al Señor, enfrentas todas las dificultades, todas las luchas, hasta el sacrificio total.
- Las obras que se hacen en nombre de Dios deben pasar por luchas y contrastes para dar buenos frutos.
San Alfonso María Fusco
- Hijas mías, ¿qué creen que han venido a hacer en el Instituto? ¿Quizás para formar una familia de cualquiera? No, no, han venido a formar una familia de santas. Este es el propósito de nuestra vida, santificarnos.
- ¡Tú me amas Señor. Solo tu gran amor hace de mi pequeña vida una vida de amor por ti!
San Alfonso María Fusco
- No deseo otra cosa que la gloria de Dios y el bien de las almas.- Las obras que se hacen en nombre de Dios deben pasar por luchas y contrastes para dar buenos frutos.
San Alfonso María Fusco
Canonización
Video de la canonización del santo, versión completa del 16 de octubre de 2016
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